Un éxito del 98,89% en la vía judicial representando a los perjudicados por la comercialización de productos bancarios.
Cada vez nos encontramos con más casos de jóvenes y no tan jóvenes, que envían fotos o videos de contenido sexual a través de sus teléfonos móviles, sin ser consciente de que, en muchos casos, están cometiendo un delito que nuestro Código Penal recoge desde el año 2015.
El desconocido delito de “sexting”.
El “sexting” es un delito que consiste en la divulgación de videos o imágenes íntimas obtenidas con el consentimiento de la víctima, pero luego divulgadas sin su permiso, lesionando gravemente su honor e intimidad.
El delito de “sexting” pretende castigar tanto al primer destinatario del video o imagen, como a los terceros que lo reciben de este y, posteriormente y sin el consentimiento de la víctima, lo vuelven a difundir.
El delito castiga a todo aquel que difunda, revele o ceda a terceros imágenes o videos intimos que, a pesar de haber sido obtenidos con el consentimiento de la víctima, son difundidos con posterioridad sin el mismo y cuyos destinatarios aumentan de forma exponencial cada segundo.
Las personas condenadas por este delito, se enfrentan a una pena de prisión de tres meses a un año. Estas penas podrían incrementarse en caso de que la persona que difunde el video o imagen sea el cónyuge de la víctima o cuando la difusión se realice con fines lucrativos.
Según un estudio realizado por Meg Pickard, una importante consultora británica, un contenido publicado en internet puede tardar menos de 1 hora y 30 minutos en hacerse viral y llegar a millones de personas.
Esto causa un grave perjuicio a la intimidad y honor de la víctima cuyo contenido se difunde sin su consentimiento por internet a la velocidad de la luz. El daño que causa esta difusión es irreparable e incalculable, por lo que no existe una condena que la justicia pueda imponer a los culpables que pueda resarcir el daño causado a la víctima.
Lamentablemente en nuestro país vemos como cada cierto tiempo sale a la luz algún caso de “sexting”, por lo que debemos concienciar tanto a nuestros jóvenes de la importancia de hacer un uso correcto de las nuevas tecnologías y de la necesidad de limitar el contenido e información que circula sobre nosotros por internet.