En septiembre de 2007, el Banco Santander lanzó una emisión de obligaciones convertibles llamados Valores Santander por un total de 7.000 millones de euros, para adquirir el Banco ABN AMRO. Dichas obligaciones fueron colocadas a particulares que, en muchos casos, carecían de los conocimientos necesarios para la adquisición de este tipo de productos.