Es práctica habitual de las entidades bancarias vincular una serie de servicios de forma simultánea a la suscripción del préstamo hipotecario, como condición ineludible para acceder a la concesión del mismo. Entre ellos, se suele imponer al prestatario la contratación de seguros de vida, fallecimiento, incapacidad, amortización, protección de pagos, hogar, etc.